Después de haber visitado la isla que vio crecer a Octavio, nos dirigimos a Tenerife, dónde Dani nació. Ambas, son las islas provinciales y más grandes, por lo que hay que rebuscar un poco más para encontrar su esencia.
Es increíble cómo llevando toda una vida en una isla, aun te puede sorprender y puedes encontrar rincones que nunca antes habías visto.
Estuvimos en Vilaflor, el que dicen es el pueblo más alto de España, a unos 2.000 m de altura. Allí hablamos con diferentes personas que llevaban toda la vida allí viviendo, conociendo sus diferentes perspectivas y anécdotas sobre aquel pueblo. ¡Muy interesante!
También recorrimos la costa, y tuvimos un buen guía que nos enseño la isla desde fuera, en un barco. Pudimos grabar los acantilados de los Gigantes desde el mar, ver delfines, calderones, nadando en su hábitat natural, una experiencia muy recomendable si visitas Tenerife.
¡Ha sido una etapa de grandes contrastes!
Siguiente parada: La Palma
